8/26/2010

“El flamenco es un arte que se deja adueñar”


Entrevista a Parvati Nair, jefa de Estudios Hispánicos de la Universidad Queen Mary de Londres

La espero en la puerta de la galería de arte Tate Modern. Ella es miembro de esta galería, por eso quedamos en este punto de la ciudad. Accedemos al membership room, situado en el sexto piso. Allí nos aguardan unas, más que atractivas, vistas del skyline londinense. “Ya no veremos mucho más el sol, el verano parece que se está quedando atrás”, me dice mientras contemplamos esta conocida estampa londinense.

Parvati Nair es la Jefa de Estudios Hispánicos de la Universidad Queen Mary de Londres, directora del Centro para el Estudio de las Migraciones de esta universidad y especialista en otras materiales culturales, como cine o fotografía. Su perfil profesional es variado y extenso, pero no se termina de entender sin su pasión: el flamenco.

Veinticinco años dedicados a este hobby que aún hoy, y con timidez, confiesa cultivar con más “pasión que talento”. Veinticinco años de experiencias dentro del circuito londinense y español que han provisto, a esta experta en identidad hispánica, de bagaje identitario suficiente para llevar a cabo un estudio acerca de la universalidad del flamenco. Un estudio que verá la luz en forma de libro, bajo el título Flamenco Rithms: people, place and performance.


¿Desde qué perspectiva enfocas tu estudio sobre el flamenco?
Hay ya mucho escrito sobre el flamenco, sobre todo desde la etnomusicología. Mi intención en este libro es enfocar una perspectiva de estudios culturales. Los pilares de este estudio son tres: por una parte, quiero afrontar una primera área denominada People que repase la figura del icono. En el flamenco tenemos a Camarón de la Isla, Enrique Llorente o Carmen Amaya y un largo etcétera de personajes que rompieron con la tradición flamenca para innovar y se convirtieron en mitos. Es esa tensión entre tradición, muy arraigada en el flamenco por sus dinastías, y la innovación de nuestro días, la que quiero atender en mi estudio.

¿Qué diferencia al flamenco de otras músicas?
El flamenco encaja en eso que conocemos como World Music. Pero lo que hace único al flamenco con respecto a otras músicas, como por ejemplo el jazz, es su estrecha relación con el lugar de origen. El flamenco tiene un arraigo muy fuerte con una tierra. Lo que se define casi como un triángulo mítico: Triana, Jerez, Cádiz.

Resulta interesante ver cómo estas ideas de lugar, de pertenencia se transportan a lugares diferentes. En mi estudio, trato este tema de pertenencia colectiva en el apartado Place, para ahondar en la idea de, no tanto en la de un lugar físico, sino en la de aquel entorno que te rodea, que te acompaña. En cómo, sin conocer o venir de ninguno de esos lugares flamencos por excelencia uno llega a sentirse como tal.

¿Qué significa para ti este arte?
El flamenco es un lenguaje, un arte que se deja modificar, que se deja adueñar. Que deja que creas ser aquellos referentes a los que admiras. El flamenco deja que creas por un momento que tienes el talento y la pasión de Carmen Amaya.

¿Qué crees que significa para tus compañeros de clase?
Para muchos, el flamenco es un viaje sin fin, no una cosa concreta; es algo de muchos encuentros, de sensaciones enfrentadas. El flamenco tiene impregnada esa tendencia tradicionalista, es ese duende o ese ‘algo que se lleva en la sangre’, que dicen muchos de los cantantes o bailaores, pero también hay profesionales que, sin haberlo mamado en sus familias o culturas, que son muy buenos en este arte. En Japón, por ejemplo, hay grandes bailaores.

¿Qué sensaciones son ésas?
[Como hispanista aprovechará la oportunidad para explicarme por qué la poesía de Lorca refleja bien los sentimientos que transmite el flamenco]. Esas ideas de honra, muerte, pasión reprimida que Lorca proyecta en sus palabras y que todos llevamos dentro. Muchos grandes del flamenco, como Enrique Morente, Camarón, Paco de Lucía, hicieron canciones con poesías de Lorca. En el Poema del Cante Jondo, Lorca dibujó con palabras algunos de los básicos palos del cante hondo, como la seguiriya, la saeta, la soleá o la petenera creando una poesía que reflejaba los colores, la tierra, la desesperación y los pasiones de su Andalucía natal.

Hablas de Gente en tu estudio, te rodeas en clase de personas de diferentes culturas. ¿Cómo crees que se puede sentir el flamenco sin ser español, andaluz y/o gitano?
Uno se inventa la identidad cultural. La gente de mi clase, o incluso yo misma [ella vivió algunos años en Madrid y actualmente viaja con frecuencia a España], provenimos de diferentes países y pese a ello hacemos nuestras las canciones, aunque éstas hablen de una temática, por ejemplo, Triana, que no todos conozcan. Muchos de ellos no hablan español, pero lo bailan o lo tocan muy bien.

¿Hay algo en el flamenco que une culturas?
En el estudio, esto que conocemos como identidad o identificación está recogido en el tercer apartado, Performance. Siguiendo los estudios de Judith Butler, filósofa estadounidense que ha escrito mucho sobre este tema, intento profundizar en esa idea de que todos construimos nuestra identidad día a día, modificándola incluso inconscientemente al absorber modelos de discursos generales ajenos a nosotros mismos.


Parvati Nair transmite pasión en sus palabras. Baila una o dos veces por semana, "cuando mis otras dedicaciones me lo permiten", dice ella, pero su identificación con este arte es total. Es más que probable que la publicación de este estudio tenga el mismo efecto sobre el flamenco que la terraza de la Tate Modern tiene sobre el skyline londinense; a bien seguro ampliará nuestro horizonte, esta vez, flamenco.

Eloy Sánchez Bernabéu
www.eloysbernabeu.com

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