7/30/2010

María Colom, pintora mallorquina: “Londres es una ciudad que al final te acoge”


Sonríe y se coloca al lado de una de sus últimas obras en su estudio de Islington: “El Mar”. Hace 7 años que María llegó a Londres y no cambiaría esta experiencia por nada. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Salamanca, España, y en 2002 emigró a Londres para aprender inglés sin saber que con el tiempo establecería aquí su residencia. Ahora, a sus 32 años y tras más de trece pintando, entre los compradores de sus obras se encuentran el impulsor del rugby femenino en España, José Antonio Sancha, el coleccionista de arte mallorquín, Román Muret o el cantante alemán, Peter Mufay.

De Derecho en España a Bellas Artes en Londres…
Cuando llegó el momento de decidir lo que yo quería era hacer algo creativo. Sin embargo, no tuve el apoyo de mi familia y decidí estudiar Derecho. Lo típico de España: el título y el ganarte un futuro. Así que en mi tiempo libre pintaba como hobby. El dueño de un bar de Palma de Mallorca me iba comprando obras y a pesar de ser una afición iba vendiendo constantemente. Cuando estaba a punto de acabar la carrera de Derecho, mis padres se dieron cuenta de que se habían equivocado y me animaron a seguir pintando.

Y decides venir a Londres…
Sí, quería practicar inglés y luego volver a Barcelona a estudiar Bellas Artes. Planeé ir a Cambridge tres meses, allí tenía amigos y sabía que no iba a estar sola, pero enseguida me di cuenta de que ese tiempo, que por norma general se marca la mayoría de la gente, no es suficiente para aprender una lengua. Así que decidí alargar mi estancia en Inglaterra y fui durante un año a clases de dibujo, pintura y escultura hasta que comencé la carrera de Bellas Artes en City & Guild of London Art School.

¿Crees que es buena la educación en este país?
Por mi experiencia diría que mejor que en España. De hecho, mi idea en un principio era estudiar un año aquí y luego trasladar el expediente a Barcelona, pero me gustó tanto la educación en Londres que continué hasta el final. Aquí se centran en la práctica, te especializan, tienes un tutor personal que te guía durante toda la carrera. Sin embargo, en España te dan una idea general de todo.

Tu temática se basa en el arte como experiencia, pero ahora estás centrada en tu próxima exposición en Palma de Mallorca titulada “Mar”, ¿cierto?
Me planteo los proyectos como una respuesta a las salas donde voy a exponerlos. La muestra tendrá lugar en un club náutico y ése es el motivo por el que, en esta ocasión, he pintado el mar. La idea es transportar al espectador en 30 pinturas alternándole en la superficie, en el fondo, en la orilla, estelas… Ningún cuadro tiene la misma perspectiva, es una temática muy clásica, pero con un enfoque fresco y contemporáneo. Tanto mi abuelo como mi tatarabuelo, Lorenzo Cerdá, ilustre pintor mallorquín de la escuela de Sorolla, son pintores muy conocidos en Mallorca, por lo que enfrentarme a pintar el mar en mi tierra natal es un reto muy importante para mí, la gente sabe de dónde vengo.

¿Ves reconocido tu trabajo en esta gran ciudad?
Cada tres o cuatro meses recibo alguna llamada de gente que ha visto mis trabajos en la página web (www.mariacolom.com) y me proponen exponer o hacer algún encargo. Para mí, lo más importante es este Londres tan difícil, donde a veces te sientes muy pequeño. El último contacto ha sido la Brunel University.

¿Qué les dirías a los jóvenes que llegan a Londres?
Es cierto que los comienzos no son fáciles. Para mí lo más complicado fue abrir una cuenta en el banco. Tuve que trabajar en un college limpiando cocinas durante tres meses para conseguirlo, nunca se lo dije a mis padres, aunque creo que ahora se van a enterar. Trabajaba de part time y me pagaban 100 libras a la semana en cheques. Y en cuanto a la relación con los ingleses, creo que el easy touch es fácil, pero pasar al otro nivel no lo es tanto. No sé si es por el idioma o porque son tan polites… [risas]. Pero Londres, al final te acoge. Es una ciudad que tiene mucho que ofrecer, es un lugar muy dinámico y aunque se te cierre una puerta hay muchas otras que se abren. La próxima exposición de la mallorquina María Colom titulada “Mar” se expone a partir del próximo 1 de agosto hasta el 15 del mismo mes, en el Real Club Náutico de Puerto Pollensa, en Palma de Mallorca.

Elia Jurado
El Ibérico

7/28/2010

Molotov y su buen feeling con Londres

La banda mexicana actuó en la sala The Grand, Clapham Junction, el pasado 16 de julio



















La expectación era máxima. No en vano, habían pasado diez años desde la última visita de Molotov a Londres y el grupo se sentía cómodo y con ganas de actuar ante un público latino, después de unos días en Rusia, donde habían presentado varios conciertos ante unos seguidores que les sorprendieron de veras. “No sé cómo se aprenden nuestras canciones, es un público súper padre y son muy eufóricos”, explicó Paco Ayala, bajo del grupo. La cita previa al concierto fue en el hotel Grange Strahmore, en Gloucester Road. Al hall de recepción acudieron los cuatro integrantes del grupo: Paco Ayala, Randy Ebright, Miguel Ángel Huidobro y Tito Fuentes.

Relajados y amables con los periodistas, respondieron a las preguntas sin tapujos ni pelos en la lengua, actitud que se refleja en las letras de sus canciones. Ante su vuelta a los escenarios londinenses, Huidrobo, uno de los bajistas de la formación, explicó que “es tocar como en casa porque está llena de latinos. Recuerdo el concierto hace diez años y era como tocar en Colombia”. También hablaron de la realidad mexicana y del aumento de la violencia en los últimos años. “La manera en que se decidió tratar el crimen organizado en México está afectando a los civiles; sitios que eran seguros ya no lo son. Creemos que la única manera de cambiar el sistema es cambiando el programa educativo, si no potencias la educación….”, explicó el baterista Randy Ebright.

La banda también habló de los cambios que se han producido en las nuevas tecnologías e internet en los últimos años y en este sentido, Tito Fuentes, vocalista y guitarra, explicó que “para el músico es bueno porque puedes compartir más tu música y estás en contacto con mucha gente”. Aún así, parece ser que internet y la música no forman un buen binomio para los músicos, tal y como señaló Fuentes. “Internet y la música como negocio es bastante malo. Creo que hay demasiado acceso a mucha información y los filtros de calidad no son tan buenos. Hay demasiado de todo. Hoy, puedes crear una banda en tu casa, subirla a Myspace y tener 10 fans en muy poco tiempo. El networking ha crecido tanto que es increíble”.

Ahora, la banda mexicana que ha roto fronteras, que ha superado censuras y ataques, pero que ha mantenido a sus seguidores alrededor de todo el mundo, está preparando un disco en vivo para el deleite de los fans. En su viaje a Rusia, donde actuaron en Kazán, en el festival Creation of Peace ante 15.000 personas, aprovecharon para grabar imágenes de las experiencias allí vividas para juntarlas con otras de su larga trayectoria, que ya dura quince años. “Fuimos a Rusia por una cuestión de demanda. Surgió la posibilidad de hacer cuatro conciertos y pensamos que podríamos recopilar buena documentación para hacer un buen disco en vivo, y juntar esas imágenes con todo lo que hemos reunido desde el 95. En Rusia hay buena onda, el idioma no es un problema porque la comunicación musical es excelente”, explicó Paco Ayala.

Tras el ansiado concierto, al que acudieron centenares de mexicanos, españoles, latinos en general y algún que otro británico, el productor del concierto, Sergio Schuchinsky, aseguró que la banda estaba pensando volver Londres para grabar un DVD. Y es que lo que se vivió el pasado 16 de julio en la sala The Grand de Clapham Junction fue uno de los conciertos más vibrantes que se recuerdan entre la comunidad latinoamericana de la capital británica. Temas como “Voto Latino”, “Rastamandita”, “Gimme the power”, el cover de Queen “Bohemian Rhapsody”, “Frijolero” o “Puto” sonaron como nunca e hicieron que los asistentes pasaran una noche inolvidable.

Los ganadores de tres Grammys Latinos encandilaron de tal manera al público que al final del concierto, varias personas subieron al escenario para compartir las últimas letras con sus ídolos. Ningún altercado, todo armonía. Incluso, los que no conocían a Molotov aseguraron haber descubierto a un grupo grande, con una música pegadiza y unas letras valientes. “Vine al concierto con una amiga que me aseguró pasar una noche de concierto a lo grande. No conocía a Molotov y ahora los adoro, el concierto fue muy entrañable y divertido”, aseguró Laure Marsillans, un espectadora francesa. “La noche estuvo sensacional. Hace 10 años que no tocábamos en Londres y el público demostró un poder impresionante, todos cantaban y en general fue más de lo que nosotros habíamos pensado”, declaró al final del concierto Tito Fuentes.


Paco de la Coba
El Ibérico

7/15/2010

"ElJelou", la primera revista del corazón para gente corriente


Entrevista con Jesús Rodríguez, periodista musical y editor

¿Quieres disfrutar de los 15 minutos de fama a los que Andy Warhol dijo que todos teníamos derecho? ¿Quieres ser protagonista de una revista del corazón? ¿Quieres mostrar las fotos de la boda de tu hermana, presentar a tus amigos, explicar las vacaciones en Bali de tus padres o lucir las maravillosas reformas de tu casa? Ahora puedes. Eljelou es la primera revista del corazón para gente anónima, como tú o como yo, que desea contar los momentos felices de su vida a través de fabulosos reportajes fotográficos y de un lenguaje propio de la prensa rosa. El periodista Jesús Rodríguez (Madrid, 1962), su creador, está viviendo temporalmente en Londres, mientras su simpática publicación empieza a ganar adeptos.

¿Jesús o Lenin?
Da igual. Lo de Lenin me acompaña desde la época de la facultad, a principios de los 80. En el mundillo profesional de la prensa musical y teatral se me conoce así.

Eljelou es una publicación curiosa. ¿Broma o negocio?
Se planteó en serio, como negocio pero es un proyecto antiguo. Surgió hace unos diez años y registramos el nombre hace seis. Desde luego, no es una broma. Que pueda ser negocio es lo que no se sabe. Por eso junté a diez amigos en torno a mí, para que el riesgo empresarial se diluyese. Cada socio tiene que conseguir noventa suscriptores entre su entorno laboral, familiar y de vecinos para que el proyecto pueda seguir adelante. La idea surge viendo programas de televisión en los que empezaban a aparecer personas normales y corrientes convertidas, de la noche a la mañana, en personajes públicos. Me refiero a Belén Esteban, por ejemplo. O Sonia Monroy. O a Marc Ostarcevic. Gente sin ningún glamour previo. Gente sin méritos extra para ser famosos, salvo acostarse con toreros o vedettes.

¿Por qué este nombre?
Porque recuerda otras cosas sin ser evidente. Estamos delante de una revista profesional, con una imagen muy parecida a la de las revistas del corazón…
Es el modelo del que partimos. Es una revista del corazón sobre la gente normal.

¿El mercado comunicativo necesitaba un producto de este tipo?
En realidad, no hemos realizado ningún estudio de mercado. Nos guiamos por la intuición y el gusto personal. Hay dos socias, periodistas, que se sienten muy a gusto con este tipo de revistas y hacen su parte encantadas.

La prensa rosa es de las que más vende. ¿A qué crees que se debe?Puede que los humanos seamos un poco cotillas. Nos gusta el chismorreo y saber de la vida de la gente.

¿Cómo ves el mundo de la prensa rosa?
Devaluado por la presencia de “freaks”. Y repugnante por los periodistas que la representan. Me asquean profundamente.

¿Ya no vende hablar de príncipes, artistas e hijos de famosos?
Sí vende, pero nosotros queríamos democratizar el proceso, que cualquier persona que lo desee pueda ver su vida tratada como si de un noble o un millonario se tratase.

¿Quién puede ser protagonista de Eljelou?
Cualquier persona que no sea famosa. Estaría muy bien que los españoles que viven en Londres quisieran regalar a sus familiares y amigos una suscripción y que usen Eljelou para hacerles llegar las fotos de su estancia en la ciudad: comprando en los mercadillos de Londres, en un barco por el Támesis, acudiendo al concierto de Celtas Cortos...

¿A la gente corriente le gusta el glamour del papel couché?
Yo creo que le hace gracia la posibilidad de reírse de sí mismos y de los que salen en las revistas de kiosco y demostrar que ellos también pueden, con los mismos méritos (es decir, ninguno) que los que ya aparecen en ellas.

El tono de la revista es amable como el de su "homónima". ¿Qué tipo de noticias pueden aparecer?
El tono es, efectivamente, amable. No queremos comprometer a nadie, ni buscarle amantes ni “argghs”. Puede salir una boda, bautizos, cumpleaños, viajes de vacaciones, comprando en las rebajas, paseando por el Retiro o Hyde Park. Cualquier cosa. Como en las revistas del corazón.

¿Cómo funciona?
Se paga una suscripción de 55 euros (da derecho a recibir 25 revistas) y ya se puede enviar cualquier tema. Sale mensualmente. Lo importante es la calidad de las fotos. Cuanto mejores sean, más espacio puede tener en la revista. El texto ya lo hacemos nosotros, sobre indicaciones del suscriptor.

¿Es rentable una revista de estas características?
Todavía no, pero esperamos que lo llegue a ser. Aún falta cubrir el número de suscriptores.

¿Cómo se difunde el proyecto?
Hemos salido en un montón de medios de comunicación españoles (prensa, radio y televisión) entre los meses de noviembre y diciembre. También hay un reportaje en inglés, de la agencia Reuters, que se puede encontrar en youtube. Y cuantos más suscriptores más gente conoce el proyecto y se apunta.

Y después de Eljelou, ¿qué?
Es pronto para “después de Eljelou”. Hacen falta tres años, más o menos, para consolidar una revista, pero si las cosas van mal, en apenas año y medio puede desaparecer cualquier proyecto. En cualquier caso, tengo otro nombre registrado, La siembra de la cizaña, y sería un proyecto cultural en el que sólo tendrían cabida aquellas propuestas que fueran extremadamente “incorrectas”.

La revista forma parte de un proyecto comunicativo más amplio...
No. Eso no. Es una más de las revistas que edito en España, Escenarios, El Espectáculo Teatral, que son formatos para profesionales. Lo que sí puedo decir es que es una idea anterior a la existencia de Facebook.


Mireia Aliart
El Ibérico

7/01/2010

“Las medidas europeas que restringen la inmigración son criminales”


Martín Aldalur, periodista guipuzcoano
Viajero, curioso e inquieto. Martín Aldalur (Zarautz, 1982) se plantó en Canarias en 2006, justo cuando empezaban a llegar los cayucos con miles de subsaharianos, principalmente de Mauritania, Senegal y Gambia. Para entender y explicar por qué esas personas se jugaban la vida atravesando el Atlántico para alcanzar las costas españolas inició, entonces, una travesía que acaba de completar con la publicación de Clandestinos (Ediciones B, 2010). Un riguroso ensayo que retrata con palabras el fenómeno de la emigración africana y aborda cuestiones como la identidad, el racismo y los grandes retos que como sociedad tenemos que asumir. Licenciado en Lenguas Modernas por la Universidad de Surrey, Inglaterra, y en Periodismo por las de Barcelona y Columbia, actualmente estudia historia africana en Londres.

¿Cómo surge Clandestinos?
En 2006, fui a cubrir la llegada de los cayucos a Canarias. Miles de subsaharianos llegaban en embarcaciones artesanales, atravesando el océano, en condiciones tremendas. Yo, como cualquiera, percibía la inmigración de una manera muy mediatizada, marcada por prejuicios y estereotipos. Este trabajo me ha permitido conocer que la historia, las motivaciones y la propia manera de emigrar son mucho más complejas de lo que imaginaba.
Has querido dar voz a mucha gente…
He realizado más de 300 entrevistas, no sólo a inmigrantes, sino también a sus familiares, y a los distintos actores del proceso migratorio: miembros de la Guardia Civil, médicos que los atienden, personal de la Cruz Roja, periodistas, antropólogos, políticos… También a intelectuales, que juegan un papel fundamental. ¿Dónde se posicionan frente al discurso de poder? Saramago, Iñaki Gabilondo o Juan Goytisolo articulan respuestas más que interesantes.

¿Cuáles son los falsos mitos de la emigración africana?Los africanos están estigmatizados por siglos de colonialismo y esclavitud. África es sinónimo de subdesarrollo, un lugar donde sólo suceden cosas horribles, y esto hace que no estén bien considerados cuando llegan a vivir entre nosotros. La inmigración africana también se ha convertido en una oportunidad para conocer a ese “otro”. A pesar de lo que se cree, los que llegan no son los más pobres.

¿Qué factores les empujan a emigrar?Además de las razones evidentes, como las guerras y las malas cosechas, para muchas culturas del África occidental la migración está ligada a un rito de pasaje. También hay una fascinación por la cultura occidental, y de igual manera que existió el “sueño americano”, para muchos africanos existe el “sueño europeo”. Pero creo que, sobre todo, la emigración forma parte de una estrategia de supervivencia de familia, de clan o de tribu.

¿Qué hay detrás de la inmigración ilegal?Las palabras no se eligen al azar. La inmigración ilegal forma parte de un discurso falaz, porque ingresar a un país por un lugar que no es la frontera o permanecer en él sin la documentación requerida no supone delito, sino falta administrativa. No existen personas ilegales, aunque en la práctica así lo parezca.

¿Existen mafias organizadas en el tráfico humano de emigrantes?Claro que existen grupos que desde la clandestinidad se aprovechan con la venta de pasaportes falsos, contactos con pasadores, etc. No podemos olvidar que la clandestinidad es una respuesta a las políticas occidentales que restringen la migración. Si los africanos pudieran emigrar en aviones no habría mafias. Las medidas europeas que restringen la inmigración son criminales.

¿Por qué crees que culpabilizamos al inmigrante de todos nuestros males?Es una de las principales contradicciones y barbaries de este mundo “globalizado”. Por un lado se defiende la libertad de movimiento de capitales y mercancías, pero por otro se criminaliza al ser humano. Tenemos que denunciarlo porque condena a la pobreza y al subdesarrollo a millones de personas. Además, el discurso del “nosotros” esconde tintes bárbaros cuando reduce al “otro” por su diferencia. Todo esto es un gran botín emocional que los partidos políticos utilizan con fines electoralistas. Como decía Saramago, estamos gobernados por el crimen.

¿La sociedad española acoge bien al inmigrante?La inmigración ya forma parte de la sociedad española. La cuestión está en cómo definimos la sociedad y cómo integramos a las minorías. Siempre que no nos conozcamos habrá prejuicios, por eso es importante generar narrativas que funcionen como puentes. La clase política y los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad.

¿Qué papel juega la clase política? A los políticos les interesa representar la inmigración como un problema, porque le sacan un suculento rédito electoral. Sus políticas de integración son nulas: criminalizan al inmigrante. Percibo una gran falta de sensibilidad.

¿Qué no nos cuentan los medios de comunicación?La cuestión está en cómo se representa una realidad. Y a día de hoy, a pesar de los esfuerzos que realizamos, inmigrante es sinónimo de inseguridad, de paro, de machismo, de violencia, de terrorismo… Tenemos que conocer al “otro” y fomentar el juicio crítico.

¿Qué has aprendido en estos casi 4 años de trabajo? Me han supuesto una transformación total. Ahora tengo un sentido de la existencia mucho más universal. He descubierto en el inmigrante a un semejante, con todo lo positivo y lo negativo que pueda tener uno mismo. He aprendido que la palabra libertad está hueca si no va acompañada de diversidad.

Inmigrante en esta tierra... ¿Te sientes extranjero?
Sí, me siento extranjero, y me gusta. También me siento extranjero en mi propia tierra, creo que es una actitud positiva. Como dice Juan Goytosolo la mirada de la periferia al centro siempre es más rica que la del centro a la periferia.

*Clandestinos (Ediciones B, 2010) ya a la venta en European Bookshop, 5 Warwick Street
Londres W1B 5LU
Mireia Aliart
Redacción El Ibérico

I have to work


La mayoría de los europeos se levantan a las 7 de la mañana para entrar a trabajar a las 8. En Londres lo hacen una hora antes. Entrar en la Jubilee Line a las siete y media puede ser la experiencia claustrofóbica más dura que una persona puede sufrir. Cada fría y gris mañana londinense, cientos de miles de personas acuden en avalancha a las distintas plataformas de la ciudad más habitada de la Unión Europa para comenzar su jornada laboral. La página oficial del sistema de transporte de Londres informa que a diario más de 400.000 personas viajan en la famosa línea gris. Sin embargo, la Jubilee Line no es una de las más transitadas, la Northern Line transporta una media exacta de 660.395 personas entre los días de trabajo, al igual que la Piccadilly, que acoge a 529.550 viajeros, Central Line con 589.734 o la District Line con 556.252. Pese a que los trenes pasan con mucha frecuencia, el metro de Londres no presume ni de ser el más rápido ni el más amplio, por lo que muchas veces miles de viajeros pierden horas esperando en las paradas de metro, horas que se hacen eternas.
Pero ¿Por qué trabajar tanto? ¿Por qué levantarse a las seis de la mañana, aguantar las interminables colas o los apelotonamientos en los vagones para trabajar en una oficina en la City hasta las siete de la tarde y no llegar a casa hasta las nueve de la noche? ¿Es acaso una mera cuestión de dinero? El salario mínimo de un trabajador de banco oscila entre las 2.000 y 3.000 libras y la media de un analista de inversión oscila entre las 35.000 y las 40.000 libras al año… Lo que no está nada mal. La duda reside de nuevo en una cuestión de valores ¿Se trabaja sólo por una mera remuneración económica? ¿Es el dinero el objetivo primordial de los británicos? La respuesta es no. El lema anglosajón “No importa quién seas, si trabajas duro llegarás alto y tendrás éxito” parece que es la principal respuesta.
Deepak Shukla es un claro ejemplo de esta obsesión británica por el trabajo. Tiene 23 años y hasta hace poco, trabajaba en uno de los mayores bancos de la City, ganando un salario más que considerable. Pero un día decidió dejarlo todo y dedicarse a alcanzar su sueño: triunfar en la música y llegar a ser el número uno. Trabaja de nueve de la mañana a cuatro de la madrugada. “Duermo una media de cinco horas al día”, afirma Deepak, “Estoy seguro que Barack Obama duerme más que yo aún siendo el Presidente de EEUU, pero si quiero ser el próximo Jay-Z, tengo que trabajar duro”. Le pregunto si realmente cree que si se trabaja con esfuerzo se puede llegar a conseguir cualquier objetivo y me responde que “si combinas el esfuerzo con un modo de trabajo inteligente se puede conseguir todo lo que te propongas”. Entonces vuelvo a preguntarle, si ser el mejor depende sólo del esfuerzo personal o del ambiente en el que te rodeas, y me responde, de manera tajante, que “si trabajas de manera inteligente y constante, puedes desarrollar los contactos necesarios para conseguir el éxito”. Cuando miro a Deepak y veo la seguridad que tiene en sí mismo y el empeño personal que pone en su trabajo, me doy cuenta que británicos -dígase sajones- y españoles somos muy distintos. Me cuesta creer que el caso de Deepak pudiera darse en España. Un chico de 23 años ganando más de 2.000 libras al mes y que, de la noche a la mañana, decida dejarlo todo y encerrarse en un estudio, componiendo música 24 horas, sin ningún contacto, sólo por perseguir su sueño, por la convicción de que el que la “sigue la consigue”.
“Solía ganar más de 2.000 libras al mes trabajando en la City”, afirma Deepak, pero me di cuenta que no era lo que me gustaba. “Cada día empezaba el trabajo deseando acabarlo, pero ahora es distinto, aunque apenas duerma, por primera vez estoy disfrutando con lo que hago”. Aunque no todo es coser y cantar. Deepak tenía un coche, una vida cómoda y fácil a la que tuvo que renunciar. Dejó su trabajo en la City y decidió montar un estudio de grabación por su cuenta, grabando vídeos a artistas, que al igual que él creían en la música. Le pregunto si es fácil hacer negocios con la música y me responde que no. “El principal problema de los músicos de hip-hop, es que no tienen visión empresarial, muchos de ellos son chavales de 18 años y piensan que la música no tiene ninguna salida, por lo que ni lo intentan. El resto no se toma la música como un negocio serio, o no son lo suficiente perseverantes como para seguir insistiendo”. Visito su estudio en West London, que consiste en una pequeña habitación con dos ordenadores y un estudio de grabación acompañado de distintos tipos de iluminación. Me enseña sus trabajos, muchos de los cuales están expuestos en YouTube o en su página web: www.deepimpaktrecordings.com. “Estas cuatro paredes son mi nueva vida, aquí trabajo creando música de lunes a domingo”, me comenta ilusionado el artista. Le pregunto de qué manera tiene pensado hacer contactos para autopromocionarse y me responde que está usando dos estrategias. La primera de ellas es a través de su trabajo, porque teniendo un estudio propio de grabación sus clientes son a la vez colegas de profesión y conoce a un gran número de profesionales en su campo. Y la segunda es usando las redes de comunicación. “Tengo un canal propio en YouTube donde subo vídeos de mi trabajo con mis clientes, y de mi propia música para promocionarme. Además también uso el Facebook como una herramienta de autopromoción. He desarrollado una serie de contactos a través de Facebook y Twitter con los que voy a empezar a trabajar rápidamente”. Me enseña las canciones que ha creado y me explica los distintos estilos con los que ha ido experimentando. Sonríe cuando su música empieza a sonar a través de los altavoces de su ordenador. “Cada día compongo una canción diferente y la comparto en Internet. Estoy experimentando con varios estilos: rock, música comercial, rap, sonidos latinoamericanos… No dejo de probar nuevas técnicas. Suelo acabar de componer a las dos de la madrugada, pero luego necesito entre una y dos horas para editar, subir mi música a Internet,y escucharla. Me gusta mirar lo que he creado antes de irme a dormir. Me siento bien conmigo mismo”.
Sentirse bien con uno mismo tiene su precio. Como el negocio está empezando, gana menos de 1.000 libras al mes, un sueldo muy bajo para la cantidad de horas que trabaja. Además Deepak afirma que le cuesta mucho relajarse. “A veces veo una película a las dos de la mañana pero no consigo dormir, pienso que durmiendo no voy a llegar a nada en la vida”. Sin duda tener que renunciar a tener tiempo libre y dinero con 23 años es algo a lo que muy pocos estarían dispuestos.
Y esa es la razón que explica por qué Reino Unido y EEUU son países punteros en economía y en oportunidades profesionales. Porque la mentalidad anglosajona, de la que el sabio Max Weber hablaba en su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, en cierta manera funciona. Mentalidad que por desgracia, en países como España y el Sur de Europa, no ha terminado de cuajar.

Iara Mantiñán Bua
El Ibérico

En el hoyo. Desde los cimientos del Segundo Piso


Tras el reguero de alabanzas que dejaba el documental mexicano en su debut inglés en abril, En el hoyo (In the Pit, con título en inglés) sale ahora a la venta en el Reino Unido. Una obra para saborear con calma

El tráfico de Ciudad de México es un entramado imposible. Recuerdo que eran las 6 de la mañana de un día de abril de 2007 cuando el bullicio y la aglomeración en las carreteras eran ya desesperanzadores. Como buena turista una ve en toda adversidad una ocasión para las fotos y - en lo que encontraba la cámara en el bolso - un mamotreto, un monstruo de cemento se nos apareció abriendo las fauces. “¿Pero qué co… qué es eso?” murmuré al taxista apretando la frente contra el cristal trasero tratando de conseguir perspectiva para verle la barriga a esa serpiente que nacía quién sabe dónde y terminaba donde nadie sabe qué. “Eso, güerita, eso es el Segundo Piso. ¿Te quieres subir?”.

En el hoyo. Bienvenidos a la construcción del Segundo Piso.

Juan Carlos Rulfo comenzó este proyecto de documental en 2003 con las excavaciones en la esquina de su casa para lo que iba a ser el puente más largo de México. El Segundo Piso, como llaman los mexicanos a este animal en concreto, rodea la ciudad sobre el Anillo Periférico actuando como un conductor vial, un “desahogo” del tráfico de la ciudad.

Este documental mexicano, hecho a pinceladas, toma a los personajes como si fueran colores para ir pintando un cuadro muy complejo. Por supuesto los ruidos, los cortes de tráfico, el desorden y el desmadre que provocan las obras de las ciudades nos hacen muy conscientes de que están sucediendo, pero nunca nos hemos parado a pensar que esas obras no son simples acontecimientos automáticos. Esas obras están vivas, tienen una biología que es tan rica como los seres humanos que la componen. Y eso es lo que En el hoyo nos sirve en el plato: una suerte de humanidad en las grúas y el acero. “Se llama En el hoyo porque todo empezó dentro de una de las excavaciones para los pilares.” explica Juan Carlos, director de la cinta. “Se me ocurrió empezar por lo más bajo para ir subiendo con los pilares de la obra.”

El documental transforma ese mamotreto de cemento en un personaje vivo y dinámico. En el hoyo saca provecho de nuestra tendencia natural a humanizar todo lo que nos rodea y, gracias a las personalidades de los obreros, al final lo que nos conmueve es el propio personaje del puente. De él se muestra todo, el puente queda desnudo ante la cámara de Juan y su equipo, ellos se encargan de exponerlo ante nuestros ojos: su parte dura, su despotismo, su maldad y hasta su lado tierno y protector. Ese puente no es un puente cualquiera, ese puente es Chabelo, es Pedro, es El Guapo, El Grande, El Chómpiras… al final ese puente ha llorado, ha sido padre, maltratador, hermano y hasta mafioso, vendedor de dientes de acero y montador de caballos salvajes.

En el hoyo se nutre de qué y quién es esta autopista. Cuando el documental empieza, con una toma escalofriante de un hombre que ha caído en uno de los hoyos, los demás obreros le lanzan una cuerda y le dicen que se la ate a la cintura. En realidad nos la están lanzando a nosotros. “¿Estás bien?” Nos preguntan. Y mentalmente contestamos “sí”, aunque no estamos muy seguros… pero ese personaje en el hoyo contesta por nosotros y el equipo entero comienza a tirar de la soga. Allá vamos. A partir de ahí vamos a vivir dentro del “útero” de este animal. Toda la música, exceptuando el tema final del plano aéreo, ha sido compuesta 100% con sonidos de la construcción; así que esos sonidos nos envuelven como los latidos de la madre al feto. Lo tenemos por todos lados. Poco a poco iremos saliendo y subiendo literalmente los 40 metros de altura de los pilares que sostendrán el Segundo Piso. Ya hemos nacido, ya nos hemos acostumbrado a sus ruidos y compases, ya hemos conocido a sus hacedores, ya somos parte del proyecto. Un logro para quitarse el sombrero. En el hoyo consigue hacernos olvidar al celuloide precisamente gracias al uso tan impecable de los recursos del cine documental: desde la foto fija hasta la composición de un plano secuencia inusualmente largo y limpio.

Este equipo se recrea en los contrastes, este México DF podría llamarse Bogotá, Lima o Santiago; estos personajes podrían vivir en Venezuela, Panamá o Bolivia; porque la “belleza” del retrato reside en el primer gran choque que nos llevará de la mano desde el principio: el peligro constante en el que trabajan estos hombres del hierro. Que si en la obra llueve el hoyo se inunda y si el hoyo se inunda la pared se desmorona. Pero sin hierro no hay trabajo y sin trabajo no hay comida. “Más miedo nos da no comer el sábado. ¿Verdad Chaparro?” - Nos gritan desde las dos dimensiones.

Esta obra cinematográfica que ponía sus cimientos en el mismo hoyo que uno de los pilares del Segundo Piso, crece, quizás sin quererlo, junto con el puente hasta compararse a su altura. El plano secuencia de cierre nos deja con el corazón en un puño preguntándonos si volveremos a ver al Chaparro, a Pedro, al El Grande… Si ahora volviera atrás, mientras pegaba la nariz contra la ventanilla de aquel taxi del DF, contestaría inmediatamente a la pregunta del taxista: “Sí, claro que quiero subir”. Allí llevaría hasta el límite mi agudeza visual en busca de algunas de las caras de los que ya son amigos, a lomos del dragón que una vez nos unió por un puñado de horas...

…Como acaba el documental: yo, ¿qué más les cuento?

En el hoyo (In the Pit) a la venta desde el 21 de junio

Ximena de la Serna
El Ibérico

Un Picasso íntimo y familiar


Las obras más personales de Pablo Picasso se exhiben actualmente en la galería londinense Gagosian hasta el 28 de agosto.

La exposición Picasso: The Mediterranean Years (1945-1962), que incluye pinturas, cerámicas, esculturas y linoleografías, nos muestra el trabajo que el pintor malagueño realizó entre los años 1945 y 1962 en el Mediterráneo francés tras abandonar París. El gran maestro, que pasa estos años de posguerra junto a dos de sus parejas, Françoise Gilot y Jacqueline Roque y cuatro de sus hijos, y que se reúne con frecuencia en su residencia gala con algunos de sus antiguos amigos, retrata en esta colección escenas de su día a día revelando un Picasso familiar e íntimo. Su hija Paloma, nacida en 1959 de su relación con Françoise Gilot, recuerda esos años con su padre: “Todo era fácil y natural. No había distinción entre el día a día y el arte. Podíamos estar en la mesa y, al terminar de comer, mi padre retiraba su plato hacía un lado y comenzaba a trabajar”.
Las pinturas Chouette sur une chaise, Portrait de Françoise y Portrait de femme a la robe verte, o los carteles de toros y de exposiciones en Vallauris, son algunas de las obras que pueden disfrutarse en este espacio del centro de Londres y que desprenden la jovialidad, entusiasmo y optimismo del artista en aquellos años. Y es que esta colorista recopilación de 150 piezas, pertenecientes la mayoría de ellas a la colección privada de la familia Picasso y apodada “Los picasso de los Picasso”, es todavía más interesante cuando nos la explican los contemporáneos del artista.
Los comisarios de la exhibición, John Richardson y Bernard Ruiz–Picasso -biógrafo y nieto del artista respectivamente- y que conocieron personalmente al autor, tienen la suerte de poder contextualizar muchos de los trabajos de esta etapa del pintor y relatan cómo los hijos, amantes y entorno social del pintor se convirtieron en su musa durante este periodo. Richardson, que está a punto de finalizar el cuarto volumen de la biografía de Picasso, nació en Londres en 1924 y, tras trabajar como crítico artístico para The New Statesman, se trasladó a la Provenza francesa y compartió diez años de la vida del artista en el sur francés. Cuando habla sobre el Picasso de entonces, Richadson describe a un hombre padre, amante, amigo y artista y cuenta cómo el arte se confundía en su día a día en la casa familiar de Vallauris. En esta etapa, Picasso se introduce en el oficio de la cerámica gracias al taller Madoura de la localidad donde vivía y el octogenario biógrafo rememora como el maestro se mostraba torpe en sus comienzos para, tres años más tarde, revolucionar la alfarería y convertir Vallauris en una ville d’art.
En la Gagosian se pueden contemplar estos días algunas de las cerámicas con escenas bicolores de toros, paisajes y retratos producidas en esta pequeña villa cercana a Cannes. La cerámica Bikini, jarrón en naranja y amarillo con forma de cuerpo de mujer que recibe al visitante de la galería, es una muestra más de cómo la obra de este pintor polifacético estaba influenciada por los acontecimientos sociales de la época. El biquini estaba revolucionando la sociedad de los años 60 y Picasso, a sus setenta años, estaba fascinado por los cuerpos semidesnudos de las mujeres en la playa. El malagueño presumía de estar al día de lo que sucedía a su alrededor y señalaba: “Ves, todavía estoy aquí y entiendo el mundo”.
En cuanto a la obra esculpida del artista, Richardson apunta que Picasso se interesaba por la perfección de sus esculturas hasta tal punto que deseaba que sus piezas parecieran tan reales que hasta pudieran olerse. “Se parece más a una cabra que la propia cabra”, dijo Picasso sobre su famosa escultura La Chevre (1950). La femme enceinte o Petite fille sautant a la corde son algunas de las medianas esculturas en bronce que dominan la instalación de la galería. Esta última resulta técnicamente intrigante ya que Picasso se las arregló para que la fina cuerda de la niña soportara el peso de la figura. Por su parte, Bernard Ruiz-Picasso, nieto del artista y co-fundador del Museo Picasso Málaga y de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, recuerda que su abuelo, comunista declarado, era un español en el exilio y que los colores de la naturaleza del sur de Francia, la luz y el mar, siempre le recordaron a España.
Esta exposición en la Gagosian Gallery contrasta con la exhibida estos días en la Tate Modern de Liverpool Picasso: Peace and Freedonm, donde se muestra el aspecto más político del autor. Richardson recuerda que Picasso estuvo a punto de iniciar un conflicto con sus amigos de la época cuando casi autoriza una exposición de su obra en la España franquista. Entonces, fueron muchos los allegados del artista que le recomendaron no hacerlo, como recordaba el poeta y dramaturgo Jean Cocteau en su diario. En referencia a los años de posguerra del artista en el sur francés ya apodados por algunos expertos como “el periodo feliz” de Picasso, Bernard Ruiz-Picasso aclara sobre la felicidad de su abuelo: “Él estaba encantado con su arte y con tener a su familia y amigos alrededor. Sin embargo, yo no sé si los artistas o los grandes personajes consiguen ser felices. Es algo más complicado”.

Gagosian Gallery
Britannia Street
6-24 Britannia Street
London WC1X 9JD
T. 44.207.841.9960
F. 44.207.841.9961
london@gagosian.com
Horario: De martes a sábado de 10am-6pm
Entrada libre

Gema Moral