6/17/2010

La piel: un libro que relata nuestra historia personal


El investigador Javier Moscoso comisiona la exposición “Skin” para la Wellcome Collection de Londres

Las cicatrices, el color y las marcas de nuestra piel son un mapa de la historia personal de cada uno. Si se conocen las claves se pueden encontrar signos de enfermedades, accidentes, peleas o incluso pistas sobre nuestro estatus social. “Durante mucho tiempo, la piel se vio como un libro donde se podía leer el interior y el exterior de las personas”. Javier Moscoso, investigador del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), nos presentó el pasado 10 de junio “Skin”, la nueva exposición que ha comisionado para la Wellcome Collection de Londres en la que se recorre la creciente importancia que ha adquirido en los últimos siglos un órgano que hoy sustenta gran parte de la industria de las cremas y la cirugía estética.
A través de objetos tan curiosos como los vibradores de belleza que se usaban a principios del siglo XX, fotografías de libros de anatomía o los tatuajes de marineros franceses que se exponen sobre su propio trozo de piel, “Skin” combina la mirada de la medicina con el significado social de nuestra capa más externa. “Nuestros modelos de representación no sólo están ligados a la anatomía sino también a la historia de la cultura e incluso de la religión”, explicó Moscoso mientras guiaba la muestra.
El interés de la piel como órgano autónomo es en realidad bastante reciente. “Los primeros libros de dermatología aparecieron en el siglo XVIII y, más que estudiar la piel en sí, surgieron para explicar las marcas de nacimiento”. Con ellos empezó la teoría hoy popular de que las manchas al nacer eran el resultado de los sustos o antojos de la madre durante el embarazo. “Aunque la evolución de la dermatología se asoció, sobre todo, al estudio de las enfermedades venéreas. Nadie sabía cómo se producían y sólo podían identificarlas a través de las terribles marcas que dejaban en la piel”.
El maquillaje, que hoy empleamos como material de belleza, se usó durante mucho tiempo para esconder las señales de la viruela y la sífilis. “Cuando la marquesa de Merteuil se maquillaba para salir a escena en la película Las Amistades Peligrosas lo hacía para ocultar sus posibles enfermedades. Cualquier señal que revelase una enfermedad venérea te convertía en un excluido social”. Menos trágica pero también relevante era su función para cambiar el color de la piel. “Los cánones eran totalmente distintos. Estar moreno era una enorme desgracia porque te identificaban con la clase trabajadora así que uno se maquillaba para estar pálido y mostrar que era una persona de sensibilidad”.
La función de la piel como creadora de identidad personal o colectiva ha tenido gran importancia en todas las culturas. Las pinturas, las escarificaciones o los tatuajes forman parte de un gran número de pueblos de distintos lugares del mundo. “Incluso hay momias egipcias tatuadas en la piel. El tatuaje ha estado siempre con nosotros aunque no siempre ha significado lo mismo”. Para los maoríes, por ejemplo, los tatuajes son una marca de los dioses en el individuo y señalan el rango, la valentía y en algunos casos la virilidad del tatuado. En el caso de los marineros franceses, las mujeres desnudas que se grababan en el cuerpo puede que sirvieran de consuelo a sus largas travesías por alta mar.
Moscoso terminó el recorrido frente a la obra de varios artistas que han estudiado los nuevos desarrollos en cirugía plástica y creación de piel sintética. Según este investigador, la piel ha dejado de parecernos, como ocurrió durante mucho tiempo, un mero trapo que había que cortar para acceder a lo esencial del ser humano. La exposición quizá sólo sugiere aspectos sin adentrarse demasiado en ninguno concreto pero los visitantes pueden seguir investigando en los libros que se han habilitado en el espacio “Skin Lab”. O mediante las charlas y talleres gratuitos para todas las edades que se celebrarán hasta septiembre sobre temas como los productos cosméticos, el desnudo o los tatuajes. Cuestiones que, de una u otra manera, nos afectan sobre cómo percibimos y cuidamos esta parte tan importante de nuestro cuerpo.

“Skin” 10 junio ― 26 septiembre en Wellcome Collection (183 Euston Road, London, NW1 2BE) Más información: www.wellcomecollection.org


Laura Rodríguez
www.elcolectivolondres.com

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